Efectos del paro portuario

Efectos del paro portuario

A causa del paro portuario el país necesita sacar conclusiones. Desde luego, los costos han sido muy importantes. Resulta difícil su cuantificación exacta, pero es obvio que en un país abierto al comercio internacional, la programación eficiente de las tareas productivas supone que aquellas cargas que salen p entran lo hagan cuando estaba planificado. Además el paro ha aumentado el riesgo de las empresas nacionales ante la evidencia de que pueden ver alteradas sus operaciones independientemente de las relaciones que tenga con sus propios trabajadores.

Estos costos aún no son percibidos por la población. Los paros solidarios agregan incertidumbre, pues un problema que debió quedar confinado a un solo puerto, se extendió desordenadamente a todo el país, por “solidaridad”, con nuevas demandas emergiendo en los puertos adheridos a la movilización. Ante este desorden y costos, para una mirada de corto alcance podría parecer atractiva la negociación con un sindicato nacional, esto es, la “negociación por rama”, que en toda la experiencia internacional se ha probado desastrosa para los respectivos países.

Plausiblemente, cabe pensar que ese preciso objetivo se esconde en la estrategia del paro solidario de algunos dirigentes sindicales portuarios, que anhelan retroceder a ese sistema de organización de los trabajadores. La negociación por rama, que desconoce las distintas condiciones de cada empresa, es dañina para el país, pero beneficiosa para los dirigentes que llegan a la cima de estas federaciones sindicales. Específicamente en el sector portuario, su poder es inmenso, pues los paros tienen una enorme capacidad para infligir daño a otros sectores, por lo que les es fácil presionar. Estas federaciones son tradicionalmente tan poderosas, que su captura es codiciada por los partidos políticos para instrumentarlas.

Estos paros ocurren pese a que la Ley prohíbe las huelgas, e incluso autoriza a las Fuerzas Armadas a ocupar los puertos. Es una prohibición poco eficaz, pues el manejo portuario requiere un conocimiento especializado.

Los líderes sindicales portuarios han sido cuidadosos en elegir un tema como el derecho a tiempo de almorzar (que en realidad significa reducir el número de horas de trabajo), que no despierta antipatía en la opinión pública.

Las paralizaciones portuarias van en la dirección contraria, y su efecto será que nuestro desarrollo resulte más lento. El actual mayor poder sindical es fruto de una buena situación económica, con alto empleo. Se debe velar por que eso no se traduzca en altos costos para todos los chilenos cuando vuelva la fase depresiva del ciclo económico.

Fuente: Diario La Estrella de Iquique